martes, 2 de febrero de 2010

El Brosque en invierno

Concierto en el salón
Sentado en el porche con la vista puesta en las montañas nevadas que me rodean y observado con curiosidad por nuestros tres perros, Cartucho, Blanquita y Sircan, que mueven las orejas atentos a los trinos de los pájaros y los ruidos del bosque mientras disfrutan tumbados al sol, yo disfruto a mi manera escribiendo estas letras, descansando del esfuerzo físico intenso de los dias pasados, con pereza para continuar ahora solo con la recogida de los frutos de los últimos olivos, y deleitándome con la música que he puesto de fondo.

Quizás es un poco pronto para valorar el duro invierno que estamos pasando, pero no podemos decir que, a pesar de las lluvias que han alcanzado cifras record con respecto a los últimos treinta años, las tres nevadas que ya nos han tapizado de un hermoso blanco los campos, las continuas heladas, los vientos incesantes y gélidos, no estemos pasando una de las estaciones más hermosas, duras, aleccionadoras y emocionantes desde que comenzamos nuestra andadura rural.

Parece haber pasado un siglo desde que empezamos a recoger la aceituna, o las olivas como dicen por estos lares, allá en el mes de noviembre, y aún seguimos viendo resignados cómo los frutos, maduros unos, castigados por el viento, las heladas y la constante lluvia otros, caen al suelo y se pierden irremisiblemente, dejando las soleras de los olivos, negras, con decenas de kilos bajo su sombra, es decir, cientos de kilos de aceituna alfombrando los campos que rezuman agua por todos los poros. Aún así, son casi 7 toneladas las aceitunas recogidas, las últimas de peor calidad que las primeras. - Vareando los olivos .-Huelga decir de nuestra ilusión de preparar aceite propio para este año se ha desavanecido ante la pobre calidad de los frutos que nos quedan, muchos de ellos castigados por la picadura de la mosca (que este año ha hecho estragos), asi como por las fuertes heladas que asolan el interior de nuestra provincia.

Pero como en todas las monedas también aquí tenemos otra cara más positiva, por un lado unas Navidades en familia, con largas charlas junto a la chimenea, excursiones, sencillas obras de guiñol para los más peques, que sobretodo disfrutamos los mayores, comidas entretenidas y animadas, e incluso una mañana donde todos juntos movimos fardos y varas para ver llover por fin aceitunas de los árboles. La climatología se hizo tanto de rogar que hasta diría que lo cogimos con ansias, incluso quedaron ganas para repetir otro año.

La llegada del año nuevo la celebramos en una fiesta que hicieron Liz y Raymond en el cortijo cercano “El Pantano”, donde conocimos a nuevos vecinos y amigos de nuestros amigos. Fue una reunión agradable y cálida, donde la conversación animada y el vino caliente junto a unas deliciosas viandas calentaron el ambiente, al tiempo que vimos a traves de las ventanas una de las mayores nevadas del año. Primera nevada
Especial y novedosa esta siendo también la llegada de socios de Helpx, asociación a la cual nos hemos unido, con el fin de compartir nuestro cortijo con estudiantes, principalmente, y personas varias de todas las partes del mundo, que pasan con nosotros unos días y colaboran en las tareas del mundo rural, al tiempo que conocen nuestras costumbres y requieren de nosotros practicar el idioma inglés, principalmente.

Ya son varios los que han pasado por el cortijo La Cañada del Sacristán, llegados desde Letonia, Finlandia, Australia y Pais de Gales. Todos ellos han compartido con nosotros duros y agradables momentos. Acompañándonos han viajado y conocido partes singulares de nuestra provincia, la cooperativa agrícola a la que pertenecemos, donde han seguido con gran interés el proceso de obtención del aceite, el Torcal de Antequera, su ciudad, la garganta de El Chorro y hasta los pueblos blancos de la serranía de Ronda, Marbella o Puerto Banús. Excursión a Ronda

El intercambio de opiniones así como el conocimiento de nuestras respectivas costumbres, de nuestra forma de ver el mundo y los problemas globales que acechan, su interés por el medio rural, la naturaleza, el deporte, la música y la gastronomía, han sido parte de nuestras entusiastas conversaciones.

En esta experiencia positiva en casi todos sus términos, donde a veces se añora algo más de privacidad, tienen una parte especial en nuestro recuerdo Jonn, Laura y Hugh, tres excelentes amigos que vinieron de tierras galesas con el ánimo de pasar algunos dias con nosotros en su peregrinación desde tierras del norte en busca de los mejores vientos, olas, playas y mares del sur, que les llevaba a las costas de Aghadir y Essaouira.

Quedarán en el recuerdo nuestras partidas de Scrable, nuestras conversaciones sobre la mar, que a todos nos unía, y en especial los emocionantes y mágicos momentos en el salón de nuestro cortijo al calor de la chimenea, cuando al anochecer las notas de sus guitarras y sus hermosas voces nos hacían vibrar a todos: cantamos, tarareamos, bromeamos, aplaudimos y seguimos el ritmo con cada célula de nuestro cansado cuerpo. Liz y Raymond tambián nos acompañaron esos días.

Estamos contentos, la casa empieza a llenarse del calor de los recuerdos que es al fin y al cabo para lo que estamos aquí, para compartir y vivir emociones.

Gracias a todos, familia, Ray, Liz, Arnita, Mareks, Jessie, Viveca, Jonn, Hugh, Laura por vuestra colaboración, vuestra compañía, vuestra amistad, vuestra música.

Cada vez que escuchamos la música del “pen drive” con algunas de sus canciones, que nos regalaron al marchar, recordamos aquellos agradables momentos.

Que el viento os lleve a todos por los mares de este mundo que cada día nos parece más pequeño, y volvamos a encontrarnos.

A.O.S.
www.canadadelsacristan.com