viernes, 18 de mayo de 2018

"CUANDO YA NO ESTEMOS". Tribulaciones de un Neocampesino.




Hacer las maletas para comenzar una nueva vida lejos de tu gente, tu paisaje y tu historia, podría resultar fácil e ilusionante si adivinas como será el futuro y éste se presenta esperanzador. 

Pero puede ser terrible, cuando la incertidumbre se ciñe sobre tu vida en esa aventura en la que arrastras contigo también a las personas mas queridas, a sabiendas que en el mundo que dejas estas situado en un estado de confort, y tienes un buen trabajo que respalda tu vida diaria.

El mundo cambia muy rápido, y nosotros queríamos formar parte de este cambio siendo protagonistas libres de nuestra vidas. Como si estuviésemos hechos de la misma materia de nuestros propios sueños. 

El reto era muy personal. Estaría unido a un espacio natural en el medio rural. Y así dejamos la gran ciudad que ya conocíamos, con servicios e infraestructuras desarrolladas. Muchas veces receptoras de hombres que llegan de nuestros espacios campestres “sin futuro”, en búsqueda de oportunidades y servicios que estas urbes construidas con hormigón, metal y asfalto ofrecen en su cosmopolitismo.

Y así lo hicimos, lanzándonos con control al vacío, con un proyecto arriesgado: rehabilitar un viejo e histórico cortijo, aislado en un hermoso espacio natural malagueño, en una bella y pequeña localidad, Villanueva del Rosario, triste, escasa de emprendeduría, desconocida y sin apenas experiencia turística. 

El objetivo era vivir y compartir esta aventura vital con todos los viajeros que vieran, como nosotros, deseable este destino, confortable el alojamiento y experiencial su vivencia. 

Sabíamos que como animales sociales, y a pesar de la distancia que pusimos con nuestro entorno social, estaríamos viviendo en la frontera, como así lo hicimos en el pasado, con una perspectiva distinta de lo que tenemos al otro lado.

En esta labor tuvimos una herramienta que nos ayudó con sus infinitas posibilidades. Si, así es, la tecnología. Dándonos la llave para conectar nuestra actividad libertadora al mundo. Primero con una pobre y lenta linea  vía radio, llamada “Track,” y posteriormente con ligeras mejorías, pero muy, muy lejos de lo servicios que se ofrecen en la urbe desarrollada.

Resultaba al principio este hecho anecdótico, vivíamos en el campo cada vez mas conectados a los avances tecnológicos que luego aplicaríamos en nuestra vida diaria. Así vimos en el transcurso del tiempo de nuestro despertar y posterior desarrollo rural, que tendría que venir inexorablemente unido a su evolución y los servicios que estas ofrecen, conectándonos con los cuatro puntos cardinales del globo, por el simple hecho de sentarnos junto a un ordenador con conexión a las autopistas de las comunicaciones, la información y el conocimiento.

Pero en las historias, al menos en las buenas, siempre debe haber un lado oscuro que hace ser a los protagonistas, muy a su pesar, héroes sin saberlo. 

La nuestra no habría de ser distinta a la de otros muchos emprendedores, que en su afán ilusionante de crear algo nuevo, son sencillamente despreciados o perjudicados de forma directa u omisión de deberes, por aquellos que en su autarquía y despotismo medieval manejan los hilos de la administración. 

Nunca recibimos colaboración ( a pesar de ofrecerla continuamente por nuestra parte), y es más, sufrimos su abandono, dejándonos a nuestra suerte, con infraestructuras pobres, comunicaciones precarias, servicios limitados y un largo etc. Mientras tanto, las construcciones fuera del ordenamiento municipal, y la creación de vertederos de basura ilegales, se han multiplicado en un entorno tan bello como en el que vivimos.

A pesar de esta situación, estuvimos luchando con el fin de sacar adelante tan arriesgado y costoso proyecto, como ciudadanos de una despiadada localidad de la que formamos parte como ciudadanos de segunda clase.

Y así fue, y continua siendo. Lo sabíamos, no sería tarea fácil, pero jamas pensamos que fuese tan difícil alcanzar los sueños, y aún mas mantenerse en ellos. 

Varias personas han ido pasando como máximos responsables del desarrollo municipal, pero en contadas ocasiones han percibido lo necesitado que estaba este pueblo rico, desconfiado y falto de emprendeduría, de un apoyo institucional que removiese los cimientos del enquistamiento económico de su principal motor, el agrícola. Es mas, muchos de sus jóvenes se unieron al boom del ladrillo, y posteriormente ante la precaria situación laboral y su falta de formación, unido a una falta de valores sociales, crearon un lastre que actualmente no se logra superar, habiendo creado una generación inútil, fuente de problemas con la droga, la inseguridad ciudadana, la delincuencia y la apatía social.

Esta situación lamentablemente aumenta nuestro sentimiento de refugiados medioambientales. Decidir vivir rodeados de montaña, olivar y naturaleza es hermoso y nos sentimos orgullosos de haberlo conseguido, pero al mismo tiempo es muy, ……. pero que muy complicado. Las comunicaciones,, las infraestructuras y muchos de los problemas que debían haberse solucionado siguen como hace 15 años.

Estamos alejados y a la vez próximos de los servicios de una gran ciudad como Málaga que no deja de sorprendernos con sus continuos progresos, u otras localidades mas cercanas que evolucionan brillantemente. Y sin embargo nada muestra un cambio en la nuestra, aunque con ápice de imaginación se hayan unido a la moda de la fiesta rural, con un producto que faltaba por promocionar “la tagarnina”, y volcado en obras de reacondicionamiento de espacios públicos del casco urbano, como si maquillarlo de obra nueva fuera a cambiar su apático carácter.
Felizmente su centro de formación cultural, con la escuela juvenil de música y danza, forma a los mas jóvenes en una disciplina que enriquece. Igualmente alabar las representaciones teatrales y otras actividades lúdicas y culturales que permiten atisbar un rayo de esperanza.

Pero fuera del casco urbano, en su perímetro rural,  y particularmente en la podríamos llamar la pedanía de  “El Brosque”, es otra historia.

La vida sigue, y habiendo superado tantos obstáculos, y frente a la angustia de la superpoblación y los graves problemas que acucian a la humanidad, nosotros continuamos convencidos en nuestra posibilidad de participar en el cambio, modificando el sistema agroalimentario mundial, que atraviesa por una aguda crisis motivada no sólo por la inseguridad alimentaria, la baja rentabilidad de la actividad agrícola, y también por los impactos negativos que el actual modo de organizar dicho sistema está provocando en la salud de las personas y en el medio ambiente.

“Los organismos internacionales, especialmente la FAO y el Relator Especial de las Naciones Unidas para el Derecho a la Alimentación Adecuada, Olivier de Schutter, vienen reconociendo e impulsando la difusión de la Agroecología como forma de manejo de los sistemas agrarios capaz de combatir el hambre, la pobreza rural, mejorar la seguridad alimentaria y mejorar las condiciones de vida de la población rural en general, especialmente en los países en desarrollo, proporcionar una alimentación suficiente, saludable y de calidad sin por ello degradar la base de los recursos naturales, es decir, la calidad de los ecosistemas agrarios. 

La Agroecología, como herramienta práctica y como enfoque científico, aborda a través de sus tres dimensiones (ecológica-productiva, socioeconómica y político-cultural) las diversas formas de transición hacia sistemas agroalimentarios más sustentables, desde la finca hasta las formas de organización del consumo y las políticas públicas. La mirada compleja y transdisciplinar son parte esencial de la Agroecología como forma de encarar los problemas del sector agrario, del medio rural y el consumo de alimentos saludables”.

Este entorno y la actividad que desarrollamos con las manos abiertas a una colaboración interdisciplinar sigue contradiciéndose con la pobreza de miras de aquellos que desde las instituciones continua poniendo palos en las ruedas de nuestro progreso, reduciendo inevitablemente el desarrollo de toda nuestra capacidad y potencialidad, que de otra manera podríamos aportar a nuestra comunidad, aprovechando las sinergías con el resto de las fuerzas trabajadoras, dinámicas e ilusionadas que se resisten a morir en nuestra comarca y buscan una bocanada de aire fresco en forma de nuevas políticas. 

A pesar de todo ello, y de lo mal que va el país que se fractura con ideas desestabilizadoras y divisorias, con una clase política sin valores, y un largo etc…; las cosas simples siguen siendo importantes y motivadoras para nosotros: el paseo en el olivar con nuestros perros, las charlas con los amigos, cuidar del huerto ecológico que surte nuestra despensa, compartir ratos de músicales con los amigos de la escuela de música en Antequera, o el sacar la gallinas a dar un paseo y recoger los huevos que nos regalan cada día. Todo ello se convierte en una actividad rutinaria, pero que nunca deja de resultarnos casi mágica. 

Armonía, ARMONÍA en mayúsculas, es la palabra que mejor se acomoda a nuestra manera de vivir vinculándolo a todo lo que vaya a ocurrir, con una percepción positiva de la vida, con una dimensión de ambicionar una forma de compartir la existencia en comunión con el entorno social, cultural y natural que nos rodea.

Inmersos en un proceso de aprendizaje constante, y habiendo recibido en nuestra casa personas de orígenes y condiciones muy diversas desde todos los rincones del mundo, hemos bebido continua información que ofrecían estos viajeros, que nos ha dejado una profunda huella de valores y aperturismo.

Si, “El viajero” es un hombre con la mente abierta, descubridora de espacios y experiencias, que quiere, completar su escaso tiempo libre con actividades enriquecedoras, donde el contacto humano, el conocimiento del nuevo territorio, sus historias y costumbres son la base de su leitmotiv. En definitiva, una forma de actuar contagiosa, que busca eco en nuestro espacio, y lo encuentra, si sabemos ofrecérselo.

Los años pasan, y seguimos consumiendo nuestro tiempo en este espacio único, privilegiado. 

Hemos alcanzado metas nunca imaginadas, con un reconocimiento nacional e internacional al buen trabajo realizado, convirtiéndonos en una referencia turística por su excelencia en el servicio ofrecido, y situándonos como líderes en nuestro sector. Y si no me equivoco, seguimos siendo el único productor certificado de AOVE Ecológico de nuestra localidad. Pero bien sabemos que nuestro tiempo es limitado, y los cambios necesarios no se producen.

Finalmente, hemos decidido cerrar el alojamiento por un tiempo indefinido, ante el cansancio de esta lucha constante, pero muy contentos de la experiencia vivida y orgullosos de los resultados obtenidos.

Otra generación ya está imaginando nuestro mundo (espero que no como se lo hemos hecho ver), y que a la vez cambia a una velocidad exponencial, ….. y nos preguntamos, ¿como será el futuro? ¿ Y aquí, en nuestro medio rural?, …. ¿aún mas difuminado y oscuro?.

Mucho me temo que en las manos de esta apática administración y de una comunidad anestesiada, no habrán de venir los necesarios resultados. 

Y si no cambian las mentes también tengo un mal presagio a la respuesta de esta cuestión, que me vuelve a la mente una y otra vez.


¿Como se vivirá en nuestros campos cuando ya no estemos?.

(* Señor Cayo, como vamos a echarte de menos!!!.)

¿Y tu?, ¿lo has pensado?.


AOS
Cortijo “La Cañada del Sacristán”



PD.* “El disputado voto del Señor Cayo”. Obra del genial autor, Miguel Delibes, que nos descubrió hace ya demasiados años el abandono de nuestras raíces  en el medio natural que nos rodea.