sábado, 27 de junio de 2009

El Torcal de Antequera: rutas y senderos (II)

En el paisaje de nuestra comarca antequerana emerge, desafiante y abrupta, una magnífica montaña de naturaleza kárstica, con cumbres imposibles y moldeadas a capricho por el medio ambiente que invitan a dar rienda suelta a la imaginación, dejando ver en cada piedra una figura esculpida por el agua, el viento y el concienzudo e inexorable paso de unos 200 millones de años. Se conoce como el Torcal de Antequera, declarado “Paraje Natural” en el año 1989.

Haciendo un “poco” de historia nos remontaremos al jurásico inferior, cuando el superficial mar de Thethys cubría la parte sur de Andalucía y numerosos esqueletos de pequeños organismos se fueron sedimentando formando sucesivas capas que formaron rocas sedimentarias, denominadas calizas. A mayor antigüedad, más profundas son las capas, y todas ellas son distintas, en densidad y resistencia, en función de los diversos momentos y condiciones ambientales en que se produjeron.

Posteriormente se producen movimientos terrestres de una fuerza colosal que empujaron las calizas en diversas direcciones, dando lugar a varias fallas que muestran esas fuerzas magníficas y que permiten explicar la original orografía de la montaña que actualmente se encuentra a una altura media de 1150 mts., siendo el punto más alto del macizo la cima de Camorro Alto (1378 mts), a la que ascenderemos en otra excursión.

Finalmente, son los agentes erosivos, como la lluvia, el hielo, el viento y las plantas que buscan cobijo entre sus grietas, los que se encargarán de esculpir con paciencia estas catedrales de la naturaleza.

Las formas de las rocas son muy variadas, pero merece la pena destacar los agrios (superficies erizadas de rocas donde andar resulta casi imposible), las dolinas (grandes depresiones con fondo de arcilla disuelta de las calizas), fallas, lapiaces (surcos acanalados en la roca), pasadizos, pilones, poljés (grandes depresiones), puentes, cuevas (como la del Toro, unos de los yacimienos neolíticos más importantes de la provincia de Málaga), simas, cavidades y pasadizos (algunos graciosamente escondidos por formaciones de hiedra), una de ellas es conocida como El Macetón, por su magnifico tamaño.

A la entrada del macizo, encontraremos el símbolo de este singular paraje, “El Tornillo del Torcal de Antequera”, declarado monumento natural, ejemplarizante formación del paisaje kárstico que custodia.

Una aproximación a estas cumbres y el conocimiento de sus recorridos, su flora y fauna, debe realizarse en el nuevo centro de visitantes que nos facilitará mas datos de los dos recorridos señalizados: uno verde (dificultad baja-media), y otro de color amarillo que se superpone al primero, algo más exigente y extendido. (Este centro está pendiente de invertir en mejorar sus instalaciones e información, así como de poner en marcha un observatorio de los astros, “2009, estamos en el año de la astronomía”, que supongo se dilata por cuestiones económicas y falta de interés de las autoridades competentes, siendo un lugar de interés natural y paisajistico de primer orden).

No dejemos de mirar al irregular suelo y a nuestro entorno, pero sin dejar de ver sus cumbres, donde las aves son protagonistas, (declarado zona ZEPA, zona especial protección de las aves).

Buscando un buen oteadero, podremos recrearnos con el vuelo de rapaces, como el aguila perdicera, el cernícalo, el buitre leonado, el halcón peregrino y otras especies como las collalbas negra y rubia, el mirlo o el zorzal. También será fácil observar las cabriolas en el vacío de la cabra montés (capra pyrenaica hispanica), así como algún zorro (que en ocasiones se acercan al centro de visitantes a comer de los restos abandonados de los turistas), comadrejas y tejones.

La flora está compuesta principalmente por vegetación arbustiva, donde abunda el espino albar, la aulaga, el matagallo, la retama, el romero, zarzamoras, así como un hermoso bosque de endrinos de pequeño tamaño y algunas pequeñas formaciones de arces y quejigos.

En nuestra visita debemos tener en cuenta un fenómeno típico de estas cumbres que se produce cuando los vientos del sur chocan con las cimas y los vientos de la vega de Antequera, formándose una cubierta de nubes que cubren el macizo de sur a norte, llegando a desorientar a los viajeros, si no siguen estoica y serenamente las señalizaciones. Este fenómeno se conoce como “La Montera”.

El acceso al paraje natural puede realizarse desde la localidad de Antequera o desde Villanueva de la Concepción, acceso mas directo desde el Cortijo La Cañada del Sacristán a dicha localidad y desde la A.92M, por el Puerto del Barco.
Coordenadas GPS.: N. 36º57´ - W. 4º 31´. (Torcal de Antequera).
Aunque es aconsejable su visita en cualquier epoca del año, son las estaciones de la primavera y el otoño, las más aconsejables. Sin embargo, ver el Torcal nevado (invierno), o el vuelo de los buitres aprovechando las corrientes térmicas, en verano, es un autentico espectáculo.

A.O.S.

P.S.: en los meses de verano la afluencia de visitantes es enorme, parece romería, el concepto de soledad o tranquilidad es inconcebible, y el espectáculo dado por algunos visitantes lamentable, abandonando latas, basuras, tabaco, etc.. a lo largo del camino. Por ello es conveniente concienciarse en primer lugar que no se trata de una visita virtual, que interactuamos constantemente con el entorno, que estamos obligados a dejar estos lugares, y cualquier otro al que nos acercamos en mejores condiciones de cómo lo encontramos, no cogiendo plantas o arrancando flores, no asustando a los animales y, por supuesto, no arrojando nada al campo, simplemente tratar de pasar inadvertidos, que nadie sospeche que alguna vez estuvimos allí.. Parafraseando a Roberto Carlos, “seamos civilizados como los animales”.


* Agradecer la colaboración fotográfica a Jose Mª y Carmen, a Ivo y Anita, Anuska y los Angeles, huéspedes y amigos de La Cañada del Sacristán, que nos enviaron algunas de las fotografías publicadas en éste artículo.