jueves, 1 de noviembre de 2012

Mirando al futuro con optimismo

Paraje de El Brosque, llegaba la tormenta y
una crisis que todavía no ha tocado fondo.

        Sólo los ladridos de los perros rompen el silencio al amanecer.  Las escarchadas flores violetas del jardín titilan con los primeros rayos del sol otoñal, mientras, el viento susurra y voltea las marchitas hojas del arce caídas sobre el césped, pletórico de verdor. En el interior del cortijo las brasas en la chimenea todavía centellean y despiden sus últimos alientos de calor. No se escuchan pasos, conversaciones en lenguas extranjeras o puertas que se abren o golpean al cerrar. Estamos solos, nos invade la soledad del silencio. Nuestros sentidos se abren plenos a la naturaleza que nos rodea. Nos acompañan “Blanquita” y “Sircan”, nuestro amigo Renato (el zorro), los ciervos, conejos, tejones, jabalíes y la infinidad de pájaros que han hecho su vida alrededor de la nuestra. Así seguiremos hasta la primavera, y en  estos meses los protagonistas serán nuestros olivos que ahora mueven sus ramas al compás como una gigantesca ola.

En 2006 el cortijo era un proyecto,
hoy casi un millar de personas de todo el mundo
han compartido esta realidad.
  Echamos la vista atrás y tratamos de recordar, esbozando una sonrisa, cómo fueron nuestros comienzos en el turismo rural hace tan sólo cinco años. Un lustro, sí, tan poco tiempo y cuántas cosas fuera de lo común nos han ocurrido: hemos vivido experiencias muy “rurales” descubriendo y disfrutando pequeños detalles que antes nos pasaban desapercibidos en la despersonalizadora ciudad; trabajamos la tierra y vemos crecer sus frutos mirando al cielo de día y  en las noches estrelladas; sufrimos la pasividad constante de la administración que abandona a su suerte a los solitarios habitantes del medio rural, conocimos a viajeros de variopintos rincones del planeta, compartiendo nuestra casa y viviendo algunos momentos de una emoción que no olvidaremos nunca.                   

   Ahora estamos navegando en la memoria y tratamos de dibujarles recordándolos. Vemos a nuevos amigos a los que nos agradaría devolverles la visita, desde Corea a Canadá, de Noruega a Australia, de Ucrania a la Argentina, de Sevilla a San Sebastián.
El balance es muy positivo. Teníamos la ilusión de sacar adelante un difícil proyecto y lo hemos hecho. Todo un éxito. Podemos sentirnos orgullosos del trabajo y de todos los reconocimientos conseguidos. De todos ellos nos quedamos, sin ninguna duda, con los recuerdos y experiencias compartidas. Donde estén, esos viajeros son nuestros mejores embajadores por el mundo.                        
Cada día amanece con una ilusión,
mucho trabajo y nuevos proyectos.
 
Agradecimos que nos hicieran responsables de cuidar de sus santas vacaciones, de su tiempo libre, de sus momentos de relajación, de sus expectativas de conocer un país de una forma cercana, personal y motivadora. Para ello volcamos nuestro tiempo y conocimientos en la vivencia de estas nuevas experiencias. Ahora gracias a ellos estamos reconocidos por las más importantes empresas de turismo nacional e internacional como una sencilla casa rural, pero situada en puestos de honor en el panorama turístico de Andalucía.

Pensamos con frecuencia que no podemos pedir más, sin embargo no es así,  queremos seguir y llegar a más gente, a más países, y no dejar de conocer a nadie que quiera  visitar nuestra bella comarca, nuestra comunidad y país, con un espíritu constructivo, inquieto, libre y abierto.
Ha supuesto un trabajo agotador, incrementándose hasta lo imposible y mas allá en los últimos meses ante el interés que la Cañada del Sacristán ha suscitado en los viajeros. No han existido días libres, pero hemos vivido esta abrumadora experiencia como algo que ocurre una vez. Animados por las vivencias, no todas agradables pero enriquecedoras, hemos exprimido lo mejor de nosotros mismos y estamos preparados.

Los proyectos, como las flores, también
tienen púas muy afiladas
que hay que evitar.
Ahora miramos al futuro con optimismo, nos hemos puesto nuevas metas y retos que nos hacen vivir la vida que queremos, como la comercialización de nuestro “Aceite de oliva virgen extra Ecológico”, y las queremos compartir contigo.
   Gracias a todos los que creísteis en este proyecto y nos disteis aliento para seguir adelante. En los tiempos que vivimos no ha sido nada fácil, y el futuro es incierto. Ahora os recordamos más que nunca, especialmente a los que nunca podrán volver a compartirlo con nosotros. 




A.O.S.                                   Cortijo La Cañada del Sacristán 
                                               www.canadadelsacristan.com